Jason Adams – Ocupar el Tiempo
*Translated into Spanish from “Critical Inquiry: In The Moment“
“El tiempo y yo, contra cualquier par” – Baltasar Gracián
[Nota del autor: este texto fue compuesto mientras que Occupy Oakland, Portland, Dever y otras ciudades estaban bajo ataque, antes de la evicción del epicentro, el Zuccotti Park en NYC. Los eventos del pasado fin de semana, parecería, hacen que el cambio -ya en camino- de espacio a tiempo sea necesario, como también inevitable.]
Hasta hace poco, un observador casual podría haber pensado que Occupy había desarrollado un problema con su manejo de tiempo que era más y más manejado por una imagen estática del espacio. Mientras que inicialmente comenzó con la declaración de que el 17 de Septiembre sería la fecha de inicio y que continuaría por un período no especificado, el enfoque cambió rápidamente a una estrategia general de ocupar el espacio público. Mientras que esto produjo muchas victorias, una cierta osificación también emergió. Lo que debía haber sido una táctica entre tantas comenzó a hacerse más dura hasta el punto de convertirse en una estrategia homogénea. Para muchos de los involucrados, mantener el enfoque espacio se convirtió en el sine qua non del movimiento, aún ante, por ejemplo, el cambio de las estaciones y las continuas evicciones policiales. Sin embargo, en la mayoría de momentos que alteran la historia del pasado, desde la Comuna de París hasta el movimiento por la antiglobalización, fue el elemento del tiempo el que probó ser el más decisivo. Hay una razón, por ejemplo, por la que las torres de relojes fueron los primeros objetivos escogidos por la comuna francesa. Occupy no es ninguna excepción, como el pensador jesuita Baltasar Gracián mantenía, más allá de cualquier consideración, es el tiempo en vez del espacio el que posiciona mejor a uno para la victoria. Ciertamente, hasta aquellos eventos del pasado son narrados actualmente como fracasos siempre pueden ser renarrados como éxitos, por el hecho de que han dejado atrás éxitos posibles que se mantienen no actualizados. La reciente imagen viral de la policía rodeando el Countdown Clock Olímpico en Londres es evidencia suficiente de que la primacia del tiempo es bien entendida en algunos sectores.
En vez de mantener la estrategia espacial a cualquier costo, lo que es más interesante sobre Occupy ahora es que está complicando cada vez más las imágenes estáticas del espacio: está, en resumen, ocupando el tiempo. Esto ha significado un cambio a una aproximación más fluida y táctica, una que no solo es apropiada a los detalles del cambiar constantemente de situaciones mandadas desde arriba, sino que, más importantemente, permite traer consigo nuevas situaciones desde abajo. Ciertamente, la introducción inicial de una duración abierta de los eventos de Occupy ya orienta los eventos subsecuentes principalmente hacia lo temporal y lo táctico en vez de lo espacial y estratégico. Esto fue de verdad su principal fuerza y es la principal razón de que la estrategia espacial haya ido tan bien como lo hizo. Mientras que Ken Knabb y otros han vinculado a Occupy con la promoción de las ocupaciones de fábricas y Universidades hecha por los Situacionistas durante los eventos franceses del Mayo de 1968, lo que era más central para este último fue, de nuevo, el espacio no el tiempo. Lo que ellos llamaban y lo que Occupy cada vez más llama era la “creación de situaciones”. Esta aproximación ya ha hecho imposible que las acciones sean declaradas un fracaso, dado a que fue el enfoque temporal que habilitó la creación cientas de nuevas “situaciones” en el país y en el mundo.
Por ejemplo, cuando una ocupación fue desalojada por la policía, usualmente muchas más han aparecido en otros lugares. O, si las leyes que gobiernan los parques públicos fueron citadas como una excusa, las ocupaciones existentes simplemente fueron movidas al espacio privado en vez del público, tales como edificios abandonados o casa clausuradas. Como un comentarista online lo puso, mientras que Roma no fue construida en un día, no fue desmantelada en un día tampoco. La innovación táctica del marco de tiempo abierto habilitado también permitió que las coordenadas de cada situación fueran producidas por los actores mismos, por su propios términos distintivos. Así que, como los eventos originalmente planteados como orientados al espacio en el bajo Manhattan dieron luz a Occupy Wall Street, fue la estructura temporal la que habilitó la emergencia del Occupy the Hood en Queens muchas semanas después. De haber sido simplemente etiquetada como una protesta convencional de un día confinada a un solo espacio, los pocos cientos que aparecieron inicialmente en las calles cerca al New York Stock Exchange no hubieran sido siquiera registrados por los medios, ni hablar de los incontables anexos afectivos, como ahora es el caso
Entonces, si transformar la situación colectiva se mantiene como la preocupación primaria, tal vez alguna consideración del espacio/tiempo, como también de las relaciones de estrategia/táctica pueda ser útil. Por ejemplo, consideremos la calidad temporal del momento en el que Occupy ha emergido. Ahora, la experiencia del tiempo se ha hecho más acelerada, mucho más que hace una década. Aún así uno tenga o no acceso a los medios sociales o a smartphones que están cada vez más convirtiendo los continentes viejos y definidos por el espacio en nuevos telecontinentes definidos temporalmente, trillones de dolares de transacciones financieras todavía corren por el mundo diariamente. Más allá de la retórica de la división digital, esto crea continuamente nuevas realidades que todos encaramos. El ejemplo más reciente es el de la crisis económica. No fue solo atribuible a las hipotecas individuales insostenibles, sino a lo que las trajo al mercado en primer lugar: el masivo incremento en la velocidad en que las transacciones financieras globales ocurren. Esta es una razón, quizá, por la que la estrategia espacial está evolucionando en tácticas temporales. Como Karl Marx argumentó en el Grundgrisse, la economía es en última instancia una cuestión de tiempo. Mientras menor sea el tiempo requerido para acumular dinero en primer lugar, él mantenía, más tiempo había disponible para movilizar otras fuerzas para producir más de él. Por ende, la velocidad siempre en incremento es la base primaria para el modo de producción contemporáneo. Hoy no es que el tiempo sea dinero, es que el dinero es tiempo.
Mientras que la velocidad es casi siempre movilizada desde arriba, esta no es la única forma que toma. El capitalismo acelerado fuerza a sus sujetos a gastar más y más de su tiempo trabajando, pero hasta esto es subvertido constantemente. Por ejemplo, el chateo, el texto y la navegación hecha en el trabajo son cada vez más contados como algo que necesita monitoreo y manejo. Ciertamente, es a través de los mismos medios introducidos para controlar el tiempo más profundamente que tales actividades son consideradas posibles. En los términos de Marx, los medios de producción son traídos en conflicto con las relaciones de producción. Mientras que el capitalismo acelerado de hoy intenta intensificar la acumulación a través de nuevas versiones continuas de tecnología de comunicación social, con cada innovación también habilita su inversión por movimientos como Occupy. Por esto es que el capitalismo acelerado se encara con una “contra-temporalidad”, la creación de, en vez de una respuesta a, situaciones. Paul Virilio ha abordado creativamente esta pregunta con respecto a la táctica del paro de trabajo. En vez de solo ocupar el espacio, que él sentía que era más efectivo en la era feudal, él argumentaba que en el periodo moderno, era el paro el que era más poderoso. Para él, esto era porque “se esparce a toda la duración. Era menos una interrupción del espacio (como la barricada) que una interrupción de la duración. El paro era una barricada en el tiempo” Este es el caso con el paro general: tales tácticas temporales sí tienen una historia en los Estados Unidos, pero en los años anteriores al Paro General de Oaklad, las protestas WTO en Seattle fueron, de las ciudades grandes, la que más cerca estuvo de hacer un paro en muchas décadas. Vale la pena considerar la relación de estos dos últimos intentos, porque en ambos casos la tensión entre el espacio y el tiempo eran centrales a la tensión entre estrategia y táctica.
Mientras que es sabido que los protestantes de WTO en Seattle ocuparon el espacio del centro, el primer evento significativo del 30 de noviembre de 1999 ocurrió más temprano en el día. En ese momento, miles de trabajadores y estudiantes interrumpieron los ritmos predecibles del transporte, de los restaurantes, de los estibadores, y de las industrias educativas al renunciar, decir que estaban enfermos, o tomando el día libre. El tiempo también fue clave a los éxitos eventuales de los eventos más adelante. La estrategia espacial de la Direct Action Network (DAN) había sido que todas las protestas en el centro consistirán en una ocupación no-violenta de cada calle, vereda y espacio verde que rodeara al Convention Center. De la misma manera, la estrategia de la AFL-CIO era que marcharían en un gran círculo desde el Memorial Stadium hacia el Convention Center y de vuelta. Crucialmente, los líderes de la unión había asegurado a la policía de Seattle y al Servicio Secreto que, específicamente, no irían al núcleo de la ciudad, donde era bien sabido que acciones directas estaban en camino. Finalmente, la policía de Seattle y el Servicio Secreto basaron su propia aproximación en lo que habían aprendido de DAN/AFL-CIO. Como resultado de esto, su razonamiento les decía, ellos simplemente sacarían a todos los de las acciones del centro hacia la marcha de labor mientras que volvían hacia el Estadio. En otras palabras, vincularían las tres estrategias de tal manera que la jerarquía ya existente del tiempo no fuera interrumpida y la conferencia WTO ocurriera como fue pactada.
Pero eso, por supuesto, no pasó. La razón principal de que las protestas de WTO en Seattle forzaran éxitosamente la cancelación de la conferencia fue que esta imagen estática del espacio fue superada tanto temporalmente y tácticamente. En el momento en que los miembros de AFL-CIO hubieran estado rodeando la esquina de vuelta al estadio, miles de miembros rank-and-file de la International Warehouse y la Longshore Union, Sheetmetal Workers, Steelworks y otras uniones se separaron y marcharon a través de una línea de jefes de policías para unirse a las acciones del centro. En el mismo momento, el bloque negro, la juventud sin hogar y, sorprendería a los Occupiers, muchos qe habían proclamado la no-violencia comenzaron a contrarrestar el asalto policial a los protestantes, el cual se había intensificado mucho antes de que cualquier ventana fuera rota. Entre estos dos rupturas de la estrategia espacial entrelazada, una nueva contra-temporalidad fue introducida en el mero momento en que la policía de Seattle y el Servicio Secreto habían intentado movilizarla para su ventaja. Por esto es que dos grupos de protesta -algo de 25,00 movilizados por DAN y unos 25,000 movilizados por AFL-CIO- no son recordados ahora simplemente como los 50,000 que fueron sacados del espacio del centro, como muchos. En vez, son recordados como los 50,000 que cancelaron la reunión de uno de los más poderosos brazos del capitalismo global: “Seattle”, hoy, no requiere un calificador. Mientras que el espacio fue ocupado temporalmente, el tiempo fue ocupado permanentemente.
¿En qué ayuda esto a Occupy? A pesar de la voluntad emergente de cambiar las tácticas con las temporadas y las evicciones, Occupy ha sido ridiculizado por los medios por no reconocer el pedigree de clase media de muchos de sus participantes. Aunque estén en una posición precaria actualmente, el argumento va, las oportunidades de que eventualmente una buena porción de ellos términe financieramente estable. Lo cual es más de lo que se puede decir por la clase baja permanente o muchas de las personas de color o muchos otros que no están yendo en grandes números. Dependiendo de cómo la crisis económico se desarrolle, puede que tengan razón: muchos occupiers pueden convertirse en lo que el New York Times predijo que serían algunos años atrás: “los antes conocidos como clase media”. De cualquier manera, como las Tesis de la Filosofía de la Historia de Walter Benjamin son relevantes. Como él famosamente argumentó, “la tradición de los oprimidos nos enseña que la “situación de emergencia” en la cual vivimos no es una excepción, sino la regla”. En vez de ver el tiempo como algo que existe de la misma manera neutral para todos, Benjamin mantuvo que múltiples temporalidades co-existes de una manera estratificada. Dado a que el filósofo judío-alemán escribió las Tesis en el momento de otras crisis económica, una que eventualmente vio la subida del poder de Hitler, no es sorprendente que haya tenido insights a tales preguntas. Pero su argumento no era solo que las minorías bajo el estado moderno son sometidas a un estado de emergencia artificial y selectivamente reforzado. También era que de alguna manera, todos lo estamos, o que en las condiciones adecuadas podríamos estarlo, como pasó bajo el Nazismo. Es por esta razón que para Benjamin la situación de emergencia no es una excepción sino la regla.
El reto desde su perspectiva es, entonces, comenzar a percibir de tal manera que fuera afectado por este hecho, sin importar la posición que uno tenga. Esto, él pensaba, podría ser la clave más importante para, en sus palabras “traer a cabo un estado real de emergencia”. Uno que fuera “real” en que interrumpiera la sucesión de falsas emergencias promulgadas por aquellos que experimentan el tiempo desde arriba, ya sea económicamente o de otra manera. Su concepto de tiempos múltiples y co-existentes también podría decirnos algo sobre las divisiones internas que aparecen dentro de Occupy, tal como la que siguió al Oakland General Strike. Como cualquiera que haya prestado atención a las consecuencias sabe, las tácticas tomadas por una sección con la que otra sección no estaba de acuerdo resultaban en la declaración de que “ellos no representan a Occupy”. Sin embargo, dado a que las diferencias en la experiencia temporal son siempre imperceptibles a través de las divisiones sociales, tales llamados a la unidad y al consenso son también cuestionables. No es sorpresa que la percepción dominante del espacio, marcada por los discursos de la propiedad y la nacionalidad, continúan teniendo partidarios hasta en aquellos que la transformarían. Pero, como Benjamin lo pone, cuando la vieja temporalidad es interrumpida de una manera fundamental, esta percepción también será interrumpida, por una “cámara histórica de fotografía secuencial”. En otras palabras, una nueva imagen del tiempo que reorientará nuestra percepción del espacio. Esto es especialmente importante dado a que para los individuos el tiempo es marcado por la sucesión de anexos afectivos que se superan entre sí en capas cada vez más profundas en el curso de una vida. Aquellos que movilizaron o fueron llamados por los movimientos de los años 60’s, por ejemplo, experimentan necesariamente eventos subsecuentes de manera diferente de su equivalente de los noventas. Como la emergencia de Occupy the Hood demuestra, lo mismo puede ser dicho de muchas otras experiencias enmarcadas temporalmente.
Occupy no es una colectividad sola y homogénea. En vez, como en los sesenta y como los movimientos de antiglobalización que lo precedieron, es un ensamblaje divergente de singularidades individuales y colectivas. Entonces, ellos resonarán más y más y compondrán una formidable contra-temporalidad, o se descompondrán progresivamente, como ocurrió con la generación de los sesenta que le siguió a Reagan, y la generación de Seattle que le siguió a Bush. La manera en que se desarrolle esto es la preocupación no solo de aquellos que declaran que siempre ha habido una sola línea táctica unificada dentro Occupy. Es también una preocupación para aquellos que buscan invocar o aplicar tácticas que no han, hasta ahora, sido empleadas ampliamente. Cada situación es diferente y ocupar el tiempo en vez del espacio no significa que todo va. En vez, significa que porque es la única base posible para la resonancia incrementada, la multiplicidad debe ser valorada más que la unidad, tal como el disenso debe ser valorado más que el consenso. La guía para juzgar cuáles tácticas son apropiadas en una situación posible o dada no es aquella de una estrategia rígida impuesta de acuerdo al orden de percepción dominante, sino a algo más como la cámara histórica de fotos secuenciales. En otras palabras, uno debe primero intentar percibir las divisiones temporales que organizan nuestra experiencia diferentemente. Mientras que Occupy tal vez sea “ocupar juntos”, este “juntos” no es simple y no es “uno. Como la fotógrafa del siglo diecinueve Juliet Margaret Cameron lo puso con respecto al uso pionero del movimiento en un género definido por imágenes estáticas “¿qué es el enfoque y quién tiene el derecho de decir que es el enfoque legítimo?” En vez de capturar el tiempo en el espacio, sus imágenes complicaban el espacio con el tiempo.
Hay ya muchas más señales de que una aproximación táctica está regresando de tal manera que podria expandir esta contra-temporalidad emergente. Mientras que el invierno se acerca y el espacio público se vuelve más difícil de tomar, un enfoque más complejo es evidente en el movimiento para organizar más paros en ciudades e instituciones, para ocupar edificios que fueron dejados vacíos por la ejecución de la hipoteca bancaria y la salida del capital, para adquirir buses y otros vehículos para la movilidad añadida y el refugio, para moverse de ocupaciones permanentes a ocupaciones rápidas, y para concentrar las ocupaciones de las afueras en las regiones más calientes mientras que el invierno se intensifica. De la misma manera, el esparcimiento dentro de Occupy de nuevas redes de feeds de vídeo en vivo sugirió algo como aquello que las imágenes tiempo de Cameron hicieron. Mientras que la calidad de la imagen es casi siempre “movida” y “granulada”, estas dependen en la toma larga la que, en la ausencia de edición, requiere que los espectadores decidan en lo que se van a enfocar. Durante la Oakland General Strike, el feed de Occupy fue yuxtapuesto a feeds de televisión corporativa, produciendo una nueva clase de montaje en vivo. En última instancia tales innovaciones comienzan con el aflojamiento, no con el estrechamiento, de la relación entre la percepción, el afecto y la acción. Si Occupy se tiene que convertir en un verdadero movimiento, debe dispensar de esta imágen estática del movimiento. El movimiento no es la realización pre-figurativa de un ideal futuro. Es el que da las condiciones de posibilidad para el movimiento continuo, las bases situacionales para las nuevas situaciones del tiempo “El comunismo no es para nosotros un estado de cosas que debe ser establecido, un ideal al cual la realidad tendrá que ajustarse. Llamamos comunismo al movimiento real que abole el presente estado de las cosas. Las condiciones de este movimiento resultan de las premisas ahora en existencia” (The German Ideology).